La cotización del USD en los mercados globales alcanzó en junio máximos no vistos desde noviembre de 2023. El principal determinante fue el aumento de los niveles de aversión al riesgo, como consecuencia del reajuste de expectativas de tasas de interés de la Fed en EEUU. Los diferenciales de tasas de interés frente a otras economías con monedas de reserva permanecen aún altos y la demanda por activos norteamericanos sigue siendo elevada.  

Los flujos de inversión de portafolio hacia mercados emergentes continúan siendo sólidos y completaron 7 meses consecutivos de entradas. Los precios de las materias primas se desvalorizaron en junio, en línea con la fortaleza del USD, con unos precios de los energéticos que permanecieron relativamente estables frente al mes previo.  

En este entorno, las monedas de mercados emergentes perdieron terreno frente al USD en junio. Las divisas de LATAM se depreciaron, siendo el peso mexicano, el peso colombiano y el real brasileño las que más perdieron terreno contra el USD, estas economías fueron las que presentaron el mayor deterioro en su percepción de riesgo-país.

El déficit comercial de la economía local sigue siendo bajo frente al de años previos. No obstante, los últimos datos han comenzado a evidenciar un cambio de tendencia que en el futuro cercano podría traducirse en presiones sobre la tasa de cambio. Los flujos netos de entrada de capitales extranjeros se desaceleraron en el último mes, explicados principalmente por la inversión extranjera directa. Las condiciones de liquidez en USD del mercado siguen mejorando y han liberado presiones sobre la cotización del USD.

La tasa de cambio se depreció hasta alcanzar un promedio de 4075 pesos en junio, su valor máximo desde octubre de 2023. La volatilidad del precio del USD en el mercado aumentó y superó su promedio de los últimos meses, en sus distintas mediciones, en medio de volúmenes de negociación que se mantuvieron relativamente altos.